Me dijeron que te irías, que esto duraría lo que dura un secuestro exprés de esos que se llevan tanto, que esto seria un visto y tanto, que esto seria un visto y no visto, que disfrutaríamos de nuestra compañía pero que mi corazón no latiera al compás del tuyo, que esto seria de esos besos en los que simplemente compartes saliva y no sentimientos, ni experiencias, ni sonrisas cómplices, esto seria una noche loca, una borrachera juntos, que tu irías corriendo detrás de las faldas de la primera que pasase a tu vera, que no duraríamos ni tres días, y quizás tuvieran razón, igual no llevamos una eternidad, pero ya somos cómplices, de miradas, de pensamientos, de besos, de que me complementas, de que te necesito, que si , que cuando me das el ultimo beso, el de despedida, el de luego hablamos, pues después de ese, justo en el momento de separar los labios, ahi en ese preciso instante, ya estoy echándote de menos. Y si echar de menos significa querer, pues te quiero, y si echar de menos significa necesitar, pues te necesito. Y si, me dijeron que te irías, pero aquí sigues, enredado en mi pelo.
jueves, 30 de octubre de 2014
domingo, 12 de octubre de 2014
Despues de hablar de amor, la gusta hablar de aventuras.
Eran de esas noches que no puedes dormir. Noches en las que darías lo que fuera por hacer el amor hasta que amaneciera. En las que ella intenta consolarse con cuatro palabras que le hacen entrar en calor. Y se ríe, incluso. Se siente tan débil que ni siquiera piensa que al día siguiente le van a rozar la tripa y se volverá loca.
Que realmente, él no le gusta, pero que si le toca la espalda se le enciende hasta el miocardio. Que se muere de ganas de decirle que la lleve al fin del mundo una mañana. Sin decirle nada a nadie, sin que nadie sospeche que le quiere comer cada vez que le mira. Que después de hablar de amor, la gusta hablar de aventuras... Que lo que hay entre ellos no es nada especial. Sólo un revolcón de cada uno en su cama porque en la misma no me atrevo... Y la verdad que ella no sabe si es falta de amor, o que ya se le ha ido la cabeza por completo.
Que realmente, él no le gusta, pero que si le toca la espalda se le enciende hasta el miocardio. Que se muere de ganas de decirle que la lleve al fin del mundo una mañana. Sin decirle nada a nadie, sin que nadie sospeche que le quiere comer cada vez que le mira. Que después de hablar de amor, la gusta hablar de aventuras... Que lo que hay entre ellos no es nada especial. Sólo un revolcón de cada uno en su cama porque en la misma no me atrevo... Y la verdad que ella no sabe si es falta de amor, o que ya se le ha ido la cabeza por completo.
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